Pasados varios días de la operación, noté una perdida repentina de fuerza en brazos y manos. Estaba sufriendo una isquemia. Una falta de riego sanguíneo en la médula espinal que provocó una subida de la lesión a nivel cervical. Había perdido la movidad y sensibilidad desde el pecho a los pies. Un daño irreparable por la muerte celular de un tramo de médula que anulaba mis posibilidades de volver a andar. Esto no hubiera sucedido si los doctores americanos se hubieran dado cuenta de la isquemia y vuelto a operar con celeridad.
Tuve y tengo problemas con los seguros que contratamos ya que no se hicieron cargo de los gastos hospitalarios ni de la repatriación, la cúal pagué para abandonar cuanto antes U.S.A ya que los gastos hospitalarios se incrementaban desporporcionalmente.
Regresé a España y fui ingresado un 11 de julio en el Instituo Guttmann de Badalona, un centro de referencia estatal en el tratamiento de lesionados medulares. No se podía hacer nada por mí, tan sólo enseñarme a ser lo más independiente posible. He pasado más de 7 meses ingresado, luchando contra los infortunios (llagas, infecciones, más operaciones...) pero estoy aquí y puedo contarlo.
Comienza una nueva etapa en mi vida, en la que espero y deseo, no renunciar a nada.
Tuve y tengo problemas con los seguros que contratamos ya que no se hicieron cargo de los gastos hospitalarios ni de la repatriación, la cúal pagué para abandonar cuanto antes U.S.A ya que los gastos hospitalarios se incrementaban desporporcionalmente.
Regresé a España y fui ingresado un 11 de julio en el Instituo Guttmann de Badalona, un centro de referencia estatal en el tratamiento de lesionados medulares. No se podía hacer nada por mí, tan sólo enseñarme a ser lo más independiente posible. He pasado más de 7 meses ingresado, luchando contra los infortunios (llagas, infecciones, más operaciones...) pero estoy aquí y puedo contarlo.
Comienza una nueva etapa en mi vida, en la que espero y deseo, no renunciar a nada.
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